2 de noviembre de 2007

Casa Rubira

De Casa Rubira



En este web encontaréis detalles sobre la historia de Casa Rubira, en Berganui (término municipal de Arén de Noguera, en la Ribagorza Oriental, Huesca), tal como nos han llegado en innumerables conversaciones con las personas que la conocieron durante todo el siglo XX. En diferentes artículos tenéis la historia de...

La habitación de las mozas
La habitación de la maestra
La gran chimenea
La cocina
El sótano
Los armarios
El horno de leña
El comedor

En la columna de la derecha encontrareis información sobre los entornos de Casa Rubira en Google Maps.

Esperamos que la visita os permita compartir el cariño que nosotros tenemos por esta casa.

30 de octubre de 2007

Las escaleras

De Casa Rubira

Estas son las escaleras que comunican el primer piso con el segundo. Estan conservadas tal como estaban originalmente, incluído el armario con la portezuela que se hizo aprovechando el espacio muerto de debajo de los peldaños.

Una barandilla metálica la delimita. Los peldaños son del mismo tipo de terrazo del suelo que aparece en la imagen, y un listón de madera los delimita.

Los entornos

De Casa Rubira


El paisaje de Berganui cambia radicalmente en cada estación, como en toda la zona del Pirineo y Prepirineo en la que se enmarca. Para muestra un botón: el mismo paisaje, un día de niebla y un día claro.


De Casa Rubira
Los campos de cultivo que envuelven Casa Rubira y Berganui pasan por todo el espectro cromático a lo largo del año: todos los matices del verde en primavera, el amarillo de las ginestas, el amarillo del trigo en verano, el marrón de la tierra arada y las ojas en otoño, los grises del invierno y las paredes de arcilla...

29 de octubre de 2007

Los armarios

De Casa Rubira


Una premisa clara parece haber presidido la construcción de Casa Rubira a lo largo de los años: no dejar ningún rincón por utilizar. Quizás por eso, y más en una casa destinada a acoger familias enteras, los armarios empotrados son numerosos, y aprovechan cualquier recoveco.

En la imagen superior, un armario del comedor, ideal para colocar la cristalería como si de un escaparate se tratase. En la imagen inferior, una de las alacenas de la cocina.



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La cocina

De Casa Rubira

Una cocina económica, marca Orbegozo, con dos fuegos, depósito de agua y horno que funciona a la perfección es una de las maravillas de Casa Rubira de Berganui. después de que la reparásemos (años de abandono habían causado algún que otro desperfecto), nos ha dado calor a la casa y en especial a la habitación inmediatamente superior y nos ha permitido cocinar a la leña todo tipo de platos, e incluso hacer carne al horno, pasteles... Cierto que un horno de leña no tiene las mismas prestaciones que un horno de gas actual, pero la idea de regular la temperatura añadiendo o quitando troncos, cuando tienes tiempo para disfrutar de ello, es impagable...



De Casa Rubira

En esta imagen, uno de los armarios empotrados de la cocina, donde guardamos la vajilla, las cacerolas, las conservas... Lo mantuvimos tal como lo encontramos, tan sólo limpiando y repintando el interior y las puertas.

El sótano

De Casa Rubira

Una de las joyas de la casa: el sótano, donde aún se conservan las grandes botas de madera para hacer vino (imagen superior) y los depósitos para guardar aceite. Viñedos y olivares configuraban, junto con los trigales, el paisaje cotidiano de los habitantes de Berganui y del resto de la comarca.



De Casa Rubira



Como se puede apreciar en la última imagen, las botas estan hechas de forma artesanal, y sus dimensiones indican inequívocamente que fueron construidas, listón a listón, dentro de este mismo sótano: no hay ninguna puerta que permita el paso de unas botas de este tamaño.

Justo encima de la bota, entre dos bigas, se aprecia un fragmento del orificio y el tubo que conectaba con el suelo del comedor. En época de cosecha, el grano se entraba en la casa, y para ahorrar tiempo y esfuerzo, se desparramaba por el suelo. Gracias a este orificio y un sistema de canales de madera, se transportaba "automáticamente" a la zona del sótano que se quisiera.


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El horno

De Casa Rubira
Casa Rubira fue antaño, por lo que dice la gente del lugar, la casa rica de Berganui. Precisamente por ello, tiene un horno de leña donde se hacía el pan para todos sus habitantes. Una instalación que no todos podían permitirse, y que resultaba fundamental en una época en que la opción de comprar el pan en una panadería ni siquiera se contemplaba. Para eso estaba Casa Rubira!

La habitación grande

De Casa Rubira

Es la principal habitación de la casa, la más amplia, con buena luz y un balcón que da al valle (las vistas del entorno que véis en este web están tomadas desde aquí). Al suelo de terrazo y las vigas de maderas omnipresentes en toda la casa se le añade el mejor ejemplo de los también omnipresentes armarios: un gran armario empotrado, conservado a la perfección tanto en su interior como en su exterior, preside la habitación. Tenéis aquí la foto:


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La habitación pequeña

De Casa Rubira

Es la última de las habitaciones que restauró Josep Gorgori. És la más pequeña (suficiente para dos camas) y también la más caliente en invierno: queda perfectamente resguardada, y está justo encima de la cocina, de forma que cuando ésta está encendida, el cuarto se calienta inmediatamente.

La habitación de las mozas

De Casa Rubira

Quizás es la habitación con más historia de todas. Los ancianos del lugar explican que esta habitación estaba vacía, para acoger a las mozas que, antaño, iban de pueblo en pueblo ofreciéndose para trabajar en los campos, en los corrales... A menudo no tenían tiempo de ir y volver a sus casas en los núcleos vecinos, de modo que en Casa Rubira encontraban alojamiento como parte de su salario.

Cuando estas mujeres tenían que pernoctar fuera de su casa, dormían en esta habitanción humilde, con un pequeño ventanuco. Por eso se la conoce como la Habitación de las Mozas (en catalán, l'habitació de les mosses). Es una de las pocas partes de la casa que no llegaron a quedar restauradas.

La habitación de la maestra

De Casa Rubira

Con estructura de alcoba, en esta habitación acostumbraba a dormir la maestra del pueblo. La parte destinada a albergar la cama se separaba del resto con una cortina, de manera que la sala con pavimento blanco y negro se podía convertir en aula improvisada en caso de necesidad sin comprometer la intimidad de la profesora. Así, en días de lluvia se evitaba a los chavales tener que desplazarse (las clases se acostumbraban a impartir en la ermita) y podían reunirse en este espacio de Casa Rubira para aprender la lección.



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La gran chimenea

De Casa Rubira

La llar de foc, el foc a terra... En Catalunya esta parte fundamental de la casa recibe diferentes nombres. Es la habitación donde se encendía un gran fuego durante todo el día, que permitía calentar la casa, cocinar, lavar la ropa... Alrededor de éste fuego, un gran banco adosado a las tres paredes restantes. El techo es un gran tiro por donde el humo ascendía hasta salir por la chimenea.

Este era el auténtico punto de encuentro y de reunión de la família que habitaba Casa Rubira. En la imagen es francamente difícil de apreciarlo, pero este es el escenario donde los padres explicaban los avatares del trabajo en el campo y los establos, donde las mujeres servían la escudella y donde los abuelos explicaban a los niños los cuentos, les rondalles, que configuraban la rica mitología pirenaica...

El comedor

De Casa Rubira

Con la chimenea convertida en el centro de la vida en la casa, el comedor se reservaba para las grandes ocasiones. Hasta el punto que, según relatan los mayores, era aquí donde se celebraban bodas y bautizos de todo el pueblo y otras fiestas relevantes.

En un rincón se situaban los músicos (acordeonistas, violinistas...), y en el resto del espacio se bailaba, se hablaba, se bebía... a la amplitud del espacio se le añade la prolongación de la entrada a la casa y el vestíbulo, y por si fuera poco se podía abrir el balcón para tomar el fresco cuando la fiesta hacía subir la temperatura más de la cuenta...

El salón comedor es aún hoy una caja acústica de primera calidad: cualquier sonido que se produzca aquí resuena en toda la casa.

La entrada

De Casa Rubira

Esto es lo primero que se ve al entrar a Casa Rubira: un humilde vestíbulo por el que se accede a un lavabo, al horno y al salón comedor.

La sala de estar

De Casa Rubira

Una antigua habitación con alcoba en la planta baja, reconvertida en sala de estar. Conservar la historia fue el objectivo de Josep Gorgori al emprender la reforma de Casa Rubira, pero también garantizar la habitabilidad de una casa moderna, en la que mantener un fuego perpetuamente encendido en la llar de foc es sencillamente imposible.

Este espacio es más fácil de calentar y cuenta con las instalaciones necesarias para conectar, por ejemplo, un televisor. La calidez y las comodidades han convertido la habitación en el actual centro de la actividad en el interior de la casa, junto con la cocina.

El huerto

De Casa Rubira

Un espacio de 160 metros cuadrados en el mismo núcleo urbano, a escasos segundos de la casa. Una tierra fértil donde crece un aveto, lavanda, romero, laurel, menta, fresas... y todos los productos de la huerta que se quieran plantar. De este terreno hemos sacado en abundancia y sin demasiado esfuerzo tomates, zanahorias, rábanos, habas, guisantes, alcachofas, lechugas, escarolas...

Está, además, delimitado por un peral, un nogal y un manzano.

28 de octubre de 2007

El baño

De Casa Rubira

Una de las aportaciones de la vida moderna. Cuando llegamos a Casa Rubira no había baño: cuarenta años de abandono hicieron que nadie pensara en incluir algo que hoy es básico, pero que en otras épocas era un lujo inútil vivendo enmedio del campo...

Actualmente hay dos aseos en Casa Rubira: uno en la entrada y otro en la planta superior (este último con bañera incluida, como se puede observar en la imagen).

La buhardilla

De Casa Rubira


El techo de Casa Rubira está renovado en su práctica totalidad, cosa que ha permitido mejorar el llamado cap de casa, la inmensa buhardilla. Actualmente no es un espacio habitable, si bien resulta francamente tentador acondicionarlo, ya que se intuye un lugar bien acogedor para crear unas buenas golfes.


De Casa Rubira